Cerca de la Plaza San Martín en Lima, Perú, donde hay constantes conflictos políticos, tres operadores de Baalsaal lograron su sueño de abrir un nuevo club. Transformaron un almacén de autos en este club durante más de un año. El lugar es minimalista, con paredes negras y una iluminación industrial. Todo el ambiente recuerda a un club alemán, como un homenaje a su origen en la Reeperbahn 25 de Hamburgo.

 

El club es como un "Stargate" para artistas de música electrónica, un espacio para el intercambio cultural y musical. Está diseñado para centrarse en la música electrónica, con un diseño que evoca una antigua fábrica alemana, brindando una sensación de estar en Alemania pero en otro continente.

 

Además de ser un lugar para festejar y bailar, este club es un centro cultural que enriquece la escena de la música electrónica en Perú y mantiene un vínculo con las raíces de sus fundadores.